En la foto, a la izquierda el Cabildo, a continuación los miembros de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, en el centro, las autoridades civiles y militares y a la derecha la Corporación Municipal.
El último domingo del mes de abril (este año, 2011, se ha trasladado al mes de mayo al coincidir con el domingo de Resurrección) tiene lugar una de las tradiciones leonesas de más arraigo, "Las Cabezadas" o también conocida como "Foro u Oferta".
Los orígenes de esta tradición se remontan al año 1158, un año, según nos dicen las crónicas más antiguas, seco en extremo. Ante el miedo a perder la cosecha y en algunos casos, incluso, la propia vida, los campesinos y la ciudad de León decidieron sacar las reliquias de San Isidoro en procesión. Las plegarias y rogativas dieron sus frutos y comenzó a llover.
Desde entonces todos los años la ciudad de León, en forma de Ayuntamiento, acude, a la Colegiata de San Isidoro, portando un cirio de una arroba y dos hachones de cera para ofrecer al Santo. El cortejo que sale de la plaza de San Marcelo va precedido por un clarín y un timbal, seguido por el pendón de la ciudad portado por el concejal más joven, los maceros, la Corporación y cerrando el cortejo la guardia de gala.
En el atrio de la Colegiata de San Isidoro espera el Cabildo. La comitiva municipal se detiene, colocándose frente a los canónigos. Tras los saludos, el Abad y el Alcalde entrarán en la Colegiata seguidos por el Cabildo, la Corporación y el público que se ha acercado a participar de esta fiesta.
Ya en el interior del claustro de San Isidoro se colocan en un lado la Corporación municipal y enfrente el Cabildo. Iniciándose un debate, llego de referencias históricas, de anécdotas, de ironía y, sobre todo, de buen humor, entre el representante del Ayuntamiento, que mantendrá y defenderá que la entrega de los hachones es una ofrenda que hace libre y voluntariamente la ciudad de León y el representante del Cabildo que, tras aceptar el presente, defenderá, por el contrario, que se trata de un foro o censo a pagar obligatoriamente en recuerdo del milagro realizado en su día por el santo.
El debate concluye en tablas, pidiendo a los respectivos secretarios que dejen constancia en acta de lo acontecido, quedado aplazada la resolución del litigio hasta año siguiente.
La ceremonia concluye con la despedida que tiene lugar en la Plaza de San Isidoro. El Cabildo en la puerta de su Iglesia, la Corporación Municipal enfrente mirando hacia la entrada. El Alcalde y todos los Concejales harán una reverencia, con exagerada inclinación. Será la primera de las tres “Cabezadas” que hará la Corporación.
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