Páginas

jueves, 20 de octubre de 2011

Las Cantaderas. San Froilán 2011, León

Cuenta la leyenda que durante los primeros años de la Reconquista los reyes de Asturias se vieron obligados a pagar un tributo un tanto especial, que consistía en la entrega, cada año, al Emir cordobés de cien doncellas. El gravamen  quedó establecido en el reinado de Mauregato, allá por el año 783, quien tuvo que aceptarlo debido a su debilidad tanto en el interior de su reino como en el exterior, donde Abderramán I ejercía su supremacía sobre el resto de territorios peninsulares.
El tributo se mantuvo durante bastante tiempo hasta que Ramiro I se negó a satisfacerlo. El Emir cordobés contrariado ante esta rebelión mandó un poderoso ejército contra el rey asturiano, quien, con la ayuda del apóstol Santiago, que se apareció en la batalla montado sobre un caballo blanco, venció a los musulmanes en la legendaria batalla de Clavijo.
Sobre la realidad del tributo los historiadores mantienen posturas dispares, lo cierto es que, la existencia de tributo no está confirmada por ninguna fuente y, además, el reinado de Mauregato fue objeto de un tratamiento posterior muy desfavorable, promovido por Alfonso II y sus descendientes, y esa versión es la que nos ha llegado.  En cuanto a la batalla de Clavijo, muchos historiadores la sitúan en el año 860 en tiempos de Ordoño I, hijo y sucesor de Ramiro I, y en la localidad cercana de Albelda.
Para conmemorar la victoria en Clavijo, la ciudad de León decidió establecer una ofrenda anual, que tendría lugar el 15 de agosto, festividad de la Asunción, en agradecimiento por la liberación del tributo de las cien doncellas. Las primeras referencias escritas a esta celebración datan del siglo XVI, desde entonces, con alguna interrupción, se ha venido realizado lo que, hoy en día, conocemos como la Fiesta de las Cantaderas. En 1986 el Ayuntamiento decidió trasladar el acto al domingo anterior al 5 de octubre, festividad de San Froilán, para dar mayor importancia a este evento dentro de las fiestas en honor al patrono de la diócesis de León.
A primeras horas de la mañana del domingo se reúne el cortejo en la plaza de San Marcelo frente al palacio de la Poridad, antigua sede del Ayuntamiento de León. La comitiva, que partirá hacia la Catedral para llegar a las once y media de la mañana, está formada por un carro engalanado cargado con productos de la tierra, tirado por dos vacas que portan en su cornamenta roscas de pan. A continuación dos grupos de tres atabaleros que sostienen dos grandes atabales o tambores que van percutiendo durante la marcha. Tras ellos, la Sotadera, vestida con traje a la costumbre árabe, compuesto por unos pantalones bombachos de color azul turquesa, una camisa blanca y un chaleco negro con lentejuelas. La Sotadera cubre su rostro con un velo y porta un ramo de flores dispuesto sobre un arco de medio punto. La Sotadera representa a la mujer árabe que, según la tradición, venía un año antes con la misión de recoger e instruir a las doncellas en los usos y las costumbres árabes.
Detrás de la Sotadera, las doncellas que, según la tradición eran escogidas cincuenta entre las nobleza y cincuenta del pueblo llano  y procedían de las parroquias de Santa María del Camino, San Marcelo, Santa Ana y San Martín. Hoy solo son dieciséis, vestidas unas de azul y otras de rojo y amarillo, para, así,  distinguir las de origen noble y las plebeyas. Todas llevan el pelo cubierto con pañuelo. Durante el trayecto irán danzando al ritmo de la música de una dulzaina y un tamboril y harán sonar las pequeñas castañuelas que llevan en sus dedos.
A continuación diversos grupos de mujeres vestidas con trajes medievales que dan colorido al desfile, y por último, la Corporación Municipal, precedida por los Maceros con sus casullas rojas, y escoltados por miembros de la Policía Local con uniforme de gala. Cierra el cortejo la Banda Municipal de música.
La comitiva sube por la calle Ancha hasta llegar a la plaza de la Regla y tras ser recibida por miembros del Cabildo en el atrio de la Catedral frente a la imagen de la Virgen Blanca que se encuentra en el parteluz de la portada del juicio, se dirigen todos al claustro del templo, donde ya esperan muchos vecinos y turistas. Las jóvenes doncellas recorren, danzando, tres alas del claustro, bajo la bella cubierta realizada en el siglo XVI por Juan de Badajoz el Mozo, hasta situarse en el patio claustral entre la Corporación Municipal y el Cabildo. Junto a ellos, el resto de autoridades civiles y militares y los representantes de los Ayuntamientos del Voto (Valdefresno, Villaturiel y Valverde de la Virgen).
Comienza el acto con la presentación de las ofrendas, la Sotadera colocará el ramo de flores que ha llevado durante todo el recorrido ante el altar de la Virgen del Foro u Oferta y se liberará del velo que cubre su cara, y las doncellas irán depositando las ofrendas, consistentes en hogazas de pan, uvas, avellanas, etc. Tras la ofrenda las doncellas interpretarán una cantiga de Alfonso X el Sabio y bailarán ante la atenta mirada de todos los asistentes.
Concluida la actuación de las jóvenes se inicia un divertido parlamento cargado de ironía y buen humor entre un representante del Ayuntamiento y otro del Cabildo sobre si se trata de una ofrenda que hace libremente el pueblo de León, como mantiene el síndico municipal o, por el contrario, si se trata de una obligación que adquirió la ciudad con la Virgen por su intercesión en la victoria de Clavijo. No faltarán las referencias al tributo, a la batalla, a Mauregato, a Ramiro y también a los hechos y circunstancias que han marcado la vida de la ciudad durante los últimos 365 días.
 Lo cierto es que, tras las tres intervenciones de cada uno de los representantes de la ciudad y del Cabildo y después de muchos años de enfrentamiento dialéctico, no llegan a ponerse de acuerdo, con lo que el debate continuará abierto y emplazadas las partes para el año siguiente.
Finalizada la misa, que tiene lugar tras la ceremonia de Las Cantaderas, se vuelve a formar la comitiva a la que se unirá los carros engalanados, a los que ya nos hemos referido en otra entrada.


jueves, 13 de octubre de 2011

Romería a la Virgen del Camino. San Froilán 2011

La romería a la Virgen del Camino es una de las más tradicionales, antiguas e importantes de la provincia de León. A ella se desplazan muchos leoneses y asturianos, a pesar de que allí no es festivo, para disfrutar de un día de fiesta, besar el manto de la Virgen, tocar la nariz al santo, comprar avellanas o las primeras castañas del Bierzo y degustar las típicas morcillas y chorizos. A esta romería, que se celebra desde hace siglos, acuden, pendones y carros engalanados de toda la provincia convocados por el Ayuntamiento de Valverde de la Virgen.

La jornada comienza muy pronto, desde primeras horas de la mañana, una multitud de romeros emprenden la subida a La Virgen del Camino equipados con zapato cómodo, alguna que otra mochila y agua para hacer más llevadero el trayecto. Algunos, prefieren utilizar el transporte público, y otros, el vehículo particular, a pesar, del atasco que tendrán que soportar para llegar a su destino.

A las diez de la mañana empieza la marcha de los pendones y de los carros engalanados acompañados de música, grupos con trajes regionales y romeros.



En el vídeo siguiente puedes ver el desfile de los pendones leoneses y de los carros engalanados en su camino hacia La Virgen del Camino.


A mucha gente le puede llamar la atención que una festividad en honor a San Froilán se conmemore con una romería a un santuario dedicado a la Virgen. La razón, habría que buscarla, en alguna procesión conjunta de la Virgen del Camino y de las reliquias de San Froilán para pedir el fin de alguna sequia o epidemia. Hay noticias de la celebración de esta romería desde el siglo XVI.


El Santuario (Basílica, desde 2009), que hoy recibe a los romeros, es un moderno edificio construido por el arquitecto Francisco Coello. Llama la atención las esculturas de la portada principal que son obra de José María Subirach. Este año 2011 se cumple el cincuenta aniversario de la construcción del templo y con ese motivo el Papa Benedicto XVI ha concedido la celebración de un año jubilar.
Minutos antes de las doce del mediodía llegan los últimos carros de la comitiva a la explanada de la Basílica de la Virgen del Camino, donde comienza la misa celebrada por el Obispo de León, con asistencia de los Alcaldes de los Ayuntamientos del Voto (Valverde de la Virgen, Valdefresno, Villaturiel y León), autoridades civiles y militares y numerosos fieles llegados de toda la provincia y de Asturias. La ceremonia comienza con la ofrenda de flores y frutas, el baile de una jota y la entrega de la “cuelga” al santo.



Tras la misa vendrá la exhibición de pendones, el inicio del concurso de carros engalanados y los bailes regionales.

Con todo esto habrá llegado la hora de reponer fuerzas, así que hay que buscar un buen lugar, mejor a la sombra, para degustar las típicas morcillas y chorizos, o la ración de pulpo.

Tras la comida una visita al mercado, con multitud de puestos de todo tipo. Los más demandados son los que venden avellanas, ajos y las primeras castañas del Bierzo. La tradición manda adquirir avellanas, también llamadas perdones, para entregar a las personas que no han podido acudir a la romería.

Queda, por último, volver a la Basílica para besar el manto de la Virgen y tocar, en una de las puertas laterales del edificio, las narices del Santo Froilán y aprovechar para pedir algún deseo, Este año, seguro, que muchos deseos han estado relacionados con la superación de esta moderna epidemia de desempleo, recortes, déficit público, deuda soberana, agencias de calificación y que todos conocemos como “la crisis”.


lunes, 10 de octubre de 2011

Carros Engalanados. San Froilán 2011


Los carros tirados por animales han sido hasta mediados del siglo XX un elemento imprescindible para los agricultores. El carro servía para transportar la cosecha, para llevar los productos de la huerta al mercado, o para recorrer plácidamente los caminos de nuestra geografía leonesa.

También los agricultores utilizaban el carro para acudir a alguna de las romerías que existían en la provincia de León. Los agricultores preparaban y decoraban sus carros con colchas, telas de colores, algún que otro apero de labranza, y buenos productos de la tierra. Vestían sus mejores galas y cargaban el carro con hogazas de pan, productos de la matanza y vino para degustarlos en una pradera al son de la música de una dulzaina y un tamboril. Esto sucedía, por ejemplo, en la romería que todos los años, el 5 de octubre, se celebraba y se sigue celebrando en el Santuario de La Virgen del Camino.

El desarrollo y la industrialización que se inicia en los años cincuenta del siglo pasado transformó el campo leonés, muchos agricultores abandonaron el medio rural para trasladarse a las grandes ciudades en busca de nuevas oportunidades. Los que se quedaron comenzaron un proceso de mecanización que relegó a los carros al olvido. Los carros pasaron a los museos, al jardín de algún chalet o a la plaza del pueblo como elemento decorativo.

Hace algunos años, el Ayuntamiento de León, dentro de los actos de la festividad de San Froilán, decidió recuperar la tradición de engalanar los carros. Para ello estableció un concurso que hoy está plenamente consolidado. Este año 2011 han participado más de 40 carros, clasificados en tres categorías, según que el animal de tiro, fuera ganado vacuno, caballo o burros. Los carros y carruajes, que han llegado de toda la provincia, han sido acompañados por personas vestidas con la indumentaria tradicional leonesa, dulzaineros, tamborileros y grupos de bailes regionales.

Los carros han realizado un recorrido que se ha iniciado en la carretera de los Cubos para pasar por la plaza de la Regla donde han esperado a que salieran de la Catedral las Cantaderas, y la Corporación municipal, con maceros, guardia de gala y banda de música, para, todos juntos, bajar por la calle Ancha, adentrarse en el Barrio Húmedo y finalizar en la Plaza del Grano, donde se han entregado los premios.

domingo, 9 de octubre de 2011

Los Pendones Leoneses. San Froilán 2011

Los pendones constituyen una de las tradiciones leonesas más populares y que más asombro causa, por su espectacularidad, a quien visita la provincia de León. Perdido su carácter militar se reservan para festividades, procesiones, romerías y grandes acontecimientos.

Los pendones, cuyos orígenes se sitúan en la Edad Media, son una especie de gran bandera o estandarte formado por una vara o mástil que tiene una altura entre siete y trece metros y un peso considerable, que puede llegar a los treinta y cinco kilos. La tela tiene forma casi rectangular, dividida en franjas de colores con dos puntas y un corte central. Los colores más comunes son el rojo carmesí (color del Reino de León), el verde (cuyo origen podría estar relacionado con la reconquista), el azul, el blanco, el morado y el oro. El pendón lo lleva un solo porteador o “pendonista”, mediante una cincha colocada en su cintura. Es ayudado por uno o dos “remeros” que sujetan unas guías o cordones que parten de lo alto del pendón y sirven para guiarlo más fácilmente. Durante el trayecto los pendonistas ejecutan toda suerte de habilidades y equilibrios. Hay verdaderos maestros en el arte de bailar el pendón. Uno de los momentos más interesantes, para el espectador, es cuando se realiza el relevo del pendonista, por la dificultad que supone mantener el equilibrio del estandarte.

De las muchas concentraciones de pendones que hay en la provincia de León (Castrotierra, Camposagrado, Valdorria, etc.), vamos a comentar la que tuvo lugar en la ciudad de León el domingo anterior a San Froilán, cuya festividad se celebra el día 5 de octubre. A la marcha de este año acudieron más de doscientos pendones y pendonetas de ciento cincuenta localidades de la provincia para recorrer las calles de León y mostrar al numeroso público que se dio cita a lo largo del recorrido un desfile realmente espectacular. Los pendones salieron de la Plaza de San Marcos, subieron por la calle Ancha y finalizaron su itinerario en la Plaza Mayor donde se entregaron los premios que concedía el Ayuntamiento de León.

Cada año son más los pendones que acuden a León. Es un exponente claro de la recuperación de una de las tradiciones más antiguas y más atractivas de León. Prácticamente todos los pueblos de León tenían su pendón con forma y colores característicos. Con el paso del tiempo muchos se perdieron. No obstante, en los últimos años se ha realizado un esfuerzo por rescatar y restaurar los viejos pendones y lucirlos en todo tipo de celebraciones religiosas y civiles.













Enlaces relacionados:

miércoles, 5 de octubre de 2011

El Camino de Santiago en la ciudad de León

En esta entrada vamos a seguir el trayecto que durante siglos han recorrido peregrinos de todo el mundo por la ciudad de León, en su camino hacia Santiago de Compostela.
En el siglo XII, Aymeric Picaud, autor del primer libro-guía sobre la peregrinación del que tenemos noticias, dejó escrito, “Después León, ciudad sede de la corte real, llena de todo tipo de bienes”.

El punto de partida de nuestro recorrido es un moderno crucero instalado a la entrada de León, nada más finalizar el descenso del Alto del Portillo, que sustituye a otro que fue traslado a la Plaza de San Marcos.
Los peregrinos entran a León por el barrio de Puente Castro, antiguo Castro de los Judíos, que fue destruido por Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón en 1196 en su intento de arrebatar la ciudad de León a Alfonso IX. En la antigua Iglesia de San Pedro, que se encuentra en el camino, se ha instalado recientemente el Museo Judío de León o de las Tres Culturas.
Atravesamos el río Torío por una pasarela peatonal que está a escasos metros del puente que construyó Bernardo Miguélez en el siglo XVIII, hoy, destinado exclusivamente a vehículos.
Al final de la pasarela podemos contemplar los restos de otro puente anterior construido en piedra cuyos orígenes se pueden remontar al siglo X. Recorremos la larga recta de la calle Alcalde Miguel Castaño hasta la rotonda con la avenida de Fernández Ladreda en donde encontramos un punto de atención al peregrino.
Seguimos por la calle Alcalde Miguel Castaño hasta llegar a la Iglesia de Santa Ana. Antiguamente fue Iglesia del Santo Sepulcro. En el siglo XV perteneció a la Orden de San Juan, cuyo escudo se encuentra en la puerta principal. Junto a la Iglesia se hallaba el Monasterio de los Caballeros de San Juan y un cementerio de peregrinos y cerca el hospital y ermita de San Lázaro. Estaba extramuros de la ciudad.
Tomamos la calle Barahona que nos conduce a los restos de la muralla medieval cuya construcción se inició a finales del siglo XIII. Aquí, se encontraba una de las puertas de acceso a la ciudad medieval y era la utilizada por los peregrinos para acceder al recinto amurallado. Se la conoce como Puerta Moneda debido a que era donde los cambistas de monedas ejercían su profesión. Continuamos por la calle del mismo nombre para girar a la derecha por la calle Escurial hasta llegar a la Plaza del Grano. Este pintoresco rincón de la ciudad de León está presidido por una fuente neoclásica que representa la unión de los ríos Torío y Bernesga en la ciudad. Junto a ella, el Convento de las Carbajalas, del siglo XVI, con un albergue para peregrinos y los ábsides de la Iglesia de Santa María del Camino, hoy denominada del Mercado, en cuyo interior se venera una imagen de la Virgen del siglo XV, de estilo gótico tardío.  
Retomamos el camino por la Calle Herreros para salir al Convento de las Concepcionistas construido en el siglo XVI. Por la calle de la Rúa, antigua Rúa de los Francos, llegamos a la Plaza de San Marcelo o de las Palomas donde existen varios edificios singulares: la Iglesia de San Marcelo, construida por suscripción popular a principios del siglo XVII, dedicada al centurión de la Legio VII, Marcelo, martirizado en el siglo III, el Palacio de la Poridad, del siglo XVI, antigua sede del Ayuntamiento de León y el Edificio Botines de estilo neogótico proyectado por Gaudí en 1891.
Junto a Botines se encuentra el Palacio de los Guzmanes. Es un palacio renacentista de planta rectangular  con torres en las esquinas y patio en el interior. Actualmente es sede de la Diputación Provincial.
Enfrente hay una pequeña capilla, la del Cristo de la Victoria, construida a finales del siglo XIX por Demetrio de los Ríos donde, según la tradición se encontraba la vivienda del patrono de la ciudad, San Marcelo, de su mujer, Santa Nonia y de sus doce hijos.
El camino sigue por la calle del Cid hacia San Isidoro, sin embargo muchos peregrinos sube por la calle Ancha para visitar la Catedral gótica de Santa María. Su construcción se inicia en 1255 sobre el solar que, en época romana, habían ocupado unas termas y tras la reconquista de la ciudad el palacio real de Ordoño II, que luego donaría para la construcción de una catedral. Las obras se desarrollaron con relativa rapidez, de ahí que, en 1303, la obra se encontrara prácticamente terminada.
Descendemos por la calle Ancha y la calle del Cid para retomar el camino hasta llegar a la Colegiata de San Isidoro. Volvemos a leer la Guía del Peregrino Medieval de Aymeric que nos dice “A continuación se ha de visitar en León el venerable cuerpo de San Isidoro, Obispo, Confesor y Doctor, que instituyó una piadosa regla para sus clérigos, y que ilustró a los españoles con sus doctrinas y honró a toda la Santa Iglesia con sus florecientes obras”.
San Isidoro es un templo románico cuya obra se inicia en el siglo XI. Su construcción fue acometida por iniciativa de doña Sancha, esposa del rey Fernando I para que fuese cementerio real. Allí Fernando I trasladó desde Sevilla los restos de San Isidoro y quedó consagrada la Iglesia el 21 de diciembre de 1063.Posteriormente fue reconstruido hasta que concluyeron las obras en 1149. El edificio tiene dos puertas de acceso. La del Perdón (1110-1120), realizada por el Maestro Esteban,  consagrada a los peregrinos, que solo se abre los años jubilares y la del Cordero.
Tomamos la calle Sacramento que bordea la Colegiata hasta llegar a la plaza de Santo Martino. El Instituto que se ve enfrente fue Hospital de la Colegiata para peregrinos.
Bajamos por la calle Abadía,  para contemplar los restos de la muralla romana con sus grandes cubos semicirculares y la torre del Gallo de San Isidoro y por las calles Renueva y Suero de Quiñones llegamos a la Plaza de San Marcos.
El primer edificio que vemos, según avanzamos, es conocido como “La Casa del Peregrino”, que fue un antiguo hospital de peregrinos.
El antiguo Convento de San Marcos, hoy parador de turismo, nació como hospital de peregrinos en 1152 a iniciativa de Doña Sancha, hermana de Alfonso VII. De esas instalaciones se hicieron cargo, a finales del siglo XII, los Caballeros de la Orden de Santiago. En el siglo XV el rey, Fernando el Católico, que se había convertido en Gran Maestre de la Orden de Santiago, expresó la necesidad de construir un nuevo edificio. Las obras se iniciaron en 1513 y se prolongaron hasta el siglo XVIII.
En San Marcos se inicia otro camino que lleva a los peregrinos a San Salvador en Oviedo. Es conocida la frase, popularizada por los peregrinos francos que dice: “quien va a Santiago y no a San Salvador visita al Criado y deja al Señor”. Este camino bordea el Hostal de San Marcos para continuar por la avenida de Peregrinos y remontar el curso del río Bernesga por Carbajal de la Legua, La Robla, Pola de Gordón, Pajares hasta llegar a la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo.
Cruzamos el río Bernesga por el puente construido en el siglo XVIII, y nos adentramos en el barrio ferroviario del Crucero. Su denominación se debe a que es cruce de caminos, el que comunica  con la montaña occidental leonesa y el Camino de Santiago. Caminamos por la Avenida de Quevedo y a pocos metros concluye el recorrido del Camino de Santiago por la ciudad de León.
Puedes ver el recorrido anterior en el siguiente vídeo.