La Plaza Mayor de León se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad. Durante años fue el centro neurálgico de la ciudad; a escasos metros, saliendo por la calle Mariano Domínguez Berrueta, se llega a la Plaza de la Regla donde se halla la Catedral. Si, por el contrario, tomas la calle Plegarias descubrirás, en primer lugar, la fuente y la Iglesia de San Martín y a pocos metros la plaza del mismo nombre, con una amplia y variada oferta de bares y restaurantes.
En este post vamos a ver la Plaza Mayor de León de noche y recordaremos los orígenes de este espacio que ha estado dedicado durante siglos a mercado de todo tipo de productos.
La Plaza Mayor de León es, hoy, un lugar tranquilo y apacible, sin tráfico, sin apenas actividad, salvo los miércoles y sábados que es cuando se celebra mercado. Lejos queda el bullicio de otros tiempos, cuando en su entorno se concentraba toda la actividad comercial de la ciudad.
El origen de la Plaza Mayor de León hay que buscarlo fuera del recinto amurallado de la ciudad, en un espacio al aire libre, dedicado al comercio de mercancías. Desde el siglo X existe constancia de la celebración de un mercado semanal, todos los miércoles, en torno a la zona de San Martín, en donde se intercambiaban todo tipo de productos alimenticios, animales vivos, tejidos, calzado, vino, calderas, sartenes, herramientas, instrumentos de labranza, etc. Se comerciaba, también, con valiosos productos llegados de oriente como tapices y sedas. El Fuero de León, otorgado por Alfonso V a principios del siglo XI, hace referencia al mercado estableciendo normas en relación al mismo. A principios del siglo XII el mercado se trasladaría a la zona de Santa Ana más cercana al Camino de Santiago. Sin embargo, San Martín siguió conservando el carácter de mercado, instalándose a su alrededor todo tipo de artesanos y comerciantes. El nombre de muchas de las calles cercanas deja constancia de esta especialización comercial. Esta zona quedaría integrada en la propia ciudad amurallada al construirse, en 1324, una nueva cerca que ampliaba la ciudad con la incorporación de nuevos barrios. Un incendio producido en 1654 destruyó gran parte de las casas que delimitaban la plaza del mercado, por lo que el Consorcio promovió la construcción de un nuevo espacio y así evitar la competencia de los canónicos de la Catedral, que desde el siglo XV en la cercana Plaza de la Regla, realizaban todo tipo de actividades comerciales y lúdicas. La nueva plaza, cuya traza es la que hoy podemos observar, estaría concluida en 1677.
Durante todos estos años y hasta no hace muchos tiempo la Plaza Mayor ha sido testigo de todo tipo de actividades, como representaciones teatrales, corridas de toros, procesiones de semana santa, sin dejar de perder la función de ser punto de encuentro entre compradores y vendedores. Bajo sus soportales se encontraban las tiendas de los artesanos y comerciantes. Pero ese carácter de centro comercial de la ciudad lo empezó a perder a mediados del siglo XX, cuando la actividad comercial se desplazó a otro punto de la ciudad.
Hoy en día apenas si quedan comercios en la Plaza Mayor. Éstos han sido sustituidos por bares y pubs. Continúa celebrándose el mercado los miércoles y los sábados (Enrique IV otorga, en el siglo XV, el privilegio de un segundo día de mercado a celebrar los sábados). La mayoría de los puestos corresponden a mayoristas de frutas y verduras pero se puede encontrar puestos de agricultores de poblaciones vecinas que como antaño acuden con sus productos para venderlos en el mercado de León. Hasta 1999 los domingos había Rastro, pero se trasladó al Paseo de Papalaguinda como consecuencia de las obras que se realizaron en la plaza para la construcción de un aparcamiento subterráneo. Durante las fiestas patronales de la ciudad se celebran actuaciones musicales y verbenas y durante la Semana Santa se llena la plaza para presenciar el lento caminar de muchas procesiones.
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