Continuamos
nuestro paseo por la localidad Berciana de Molinaseca visitando la Iglesia
parroquial de San Nicolás de Bari que pertenece a la segunda mitad del siglo
XVII. En el exterior destaca la torre y en su interior encontramos tres naves
separadas por pilares y arcos de medio punto. Destaca el retablo barroco, la
talla gótica del crucificado, la Inmaculada, San Juan Bautista y los relieves
del bautismo de Jesús y presentación en el templo.
Volvemos a la
calle Real, que nace a los píes del puente, y que constituye el eje sobre el
que se ha ido asentando la población a lo largo de los años y que ha sido el
paso tradicional de los peregrinos. Es una calle que hay que recorrer
tranquilamente, observando las diferentes construcciones que se abren a ambos
lados, desde las más modestas hasta las grandes casas blasonadas, y, como decíamos al principio,
hay que perderse por las calles que hacia la montaña o el río arrancan de la
calle Real y que nos conducen, por ejemplo, a la calle de la Iglesia o a la
Plaza del Ayuntamiento.
Al final de la
calle Real un crucero despide al visitante y al peregrino. A principios del
siglo XII ya se citaba la existencia de un crucero a la salida de la población.
El actual tiene un Cristo crucificado enmarcado en una vitrina y base cuadrada
con cuatro escalones, ideales para sentarse, tomar fuerzas o hacerse alguna
fotografía de recuerdo.
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