Molinaseca
nace y se desarrolla, urbana y económicamente, con el Camino de Santiago. Esa
relación se mantiene, hoy en día, siendo
paso obligado para los peregrinos que tras la dura subida a Foncebadón y a la Cruz del Ferro llegan a esta localidad
en donde pueden disfrutar de alojamiento de todo tipo y de una amplia oferta
gastronómica. Molinaseca tiene dos albergues de peregrinos, además de numerosos
hoteles, hostales y casas rurales.
En esta visita a
Molinaseca, que se encuentra, por la LE-142, a seis kilómetros de Ponferrada,
vamos a seguir básicamente el recorrido jacobeo, si bien es muy recomendable
perderse y adentrarse por sus calles y disfrutar de todos sus rincones.
A la entrada de
Molinaseca se encuentra la Capilla o Santuario de la Virgen de las Angustias,
un hermoso edificio del siglo XVIII. El Santuario parece surgir de la montaña.
Por delante destaca la torre, de construcción más reciente, que sirve de
contrafuerte para contrarrestar la presión
de la montaña. En la torre podemos contemplar una imagen de la Virgen de
las Angustias. Llama la atención que las puertas de acceso están cubiertas por
chapas de acero. Fue una medida que se tomó para proteger las puertas
originales de madera, que sufrían un continuo deterioro como consecuencia de la
costumbre iniciada por los segadores gallegos de arrancar astillas de las
puertas para llevarlas como reliquias.
Seguimos el recorrido no sin antes detenernos a contemplar una de las vistas más atractivas de la localidad, con el puente sobre el río Meruelo y en lo alto la Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari.
Seguimos el recorrido no sin antes detenernos a contemplar una de las vistas más atractivas de la localidad, con el puente sobre el río Meruelo y en lo alto la Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari.
El puente está
en los orígenes de Molinaseca, en su prolongación fueron surgiendo hospitales,
hospederías, iglesias y talleres de artesanos y comerciantes. Fue, sin duda, el
factor decisivo para el nacimiento y desarrollo de Molinaseca. El puente, que
ha sufrido varias ampliaciones y restauraciones, está construido en sillería de
piedra con siete bóvedas de diferentes tamaños. Por debajo, el río Meruelo, con
una playa fluvial muy concurrida en verano.
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