Cuenta la leyenda que durante los primeros años de la Reconquista los reyes de Asturias se vieron obligados a pagar un tributo un tanto especial, que consistía en la entrega, cada año, al Emir cordobés de cien doncellas. El gravamen quedó establecido en el reinado de Mauregato, allá por el año 783, quien tuvo que aceptarlo debido a su debilidad tanto en el interior de su reino como en el exterior, donde Abderramán I ejercía su supremacía sobre el resto de territorios peninsulares.
El tributo se mantuvo durante bastante tiempo hasta que Ramiro I se negó a satisfacerlo. El Emir cordobés contrariado ante esta rebelión mandó un poderoso ejército contra el rey asturiano, quien, con la ayuda del apóstol Santiago, que se apareció en la batalla montado sobre un caballo blanco, venció a los musulmanes en la legendaria batalla de Clavijo.
El tributo se mantuvo durante bastante tiempo hasta que Ramiro I se negó a satisfacerlo. El Emir cordobés contrariado ante esta rebelión mandó un poderoso ejército contra el rey asturiano, quien, con la ayuda del apóstol Santiago, que se apareció en la batalla montado sobre un caballo blanco, venció a los musulmanes en la legendaria batalla de Clavijo.
Sobre la realidad del tributo los historiadores mantienen posturas dispares, lo cierto es que, la existencia de tributo no está confirmada por ninguna fuente y, además, el reinado de Mauregato fue objeto de un tratamiento posterior muy desfavorable, promovido por Alfonso II y sus descendientes, y esa versión es la que nos ha llegado. En cuanto a la batalla de Clavijo, muchos historiadores la sitúan en el año 860 en tiempos de Ordoño I, hijo y sucesor de Ramiro I, y en la localidad cercana de Albelda.
Para conmemorar la victoria en Clavijo, la ciudad de León decidió establecer una ofrenda anual, que tendría lugar el 15 de agosto, festividad de la Asunción, en agradecimiento por la liberación del tributo de las cien doncellas. Las primeras referencias escritas a esta celebración datan del siglo XVI, desde entonces, con alguna interrupción, se ha venido realizado lo que, hoy en día, conocemos como la Fiesta de las Cantaderas. En 1986 el Ayuntamiento decidió trasladar el acto al domingo anterior al 5 de octubre, festividad de San Froilán, para dar mayor importancia a este evento dentro de las fiestas en honor al patrono de la diócesis de León.
A primeras horas de la mañana del domingo se reúne el cortejo en la plaza de San Marcelo frente al palacio de la Poridad, antigua sede del Ayuntamiento de León. La comitiva, que partirá hacia la Catedral para llegar a las once y media de la mañana, está formada por un carro engalanado cargado con productos de la tierra, tirado por dos vacas que portan en su cornamenta roscas de pan. A continuación dos grupos de tres atabaleros que sostienen dos grandes atabales o tambores que van percutiendo durante la marcha. Tras ellos, la Sotadera, vestida con traje a la costumbre árabe, compuesto por unos pantalones bombachos de color azul turquesa, una camisa blanca y un chaleco negro con lentejuelas. La Sotadera cubre su rostro con un velo y porta un ramo de flores dispuesto sobre un arco de medio punto. La Sotadera representa a la mujer árabe que, según la tradición, venía un año antes con la misión de recoger e instruir a las doncellas en los usos y las costumbres árabes.
Detrás de la Sotadera, las doncellas que, según la tradición eran escogidas cincuenta entre las nobleza y cincuenta del pueblo llano y procedían de las parroquias de Santa María del Camino, San Marcelo, Santa Ana y San Martín. Hoy solo son dieciséis, vestidas unas de azul y otras de rojo y amarillo, para, así, distinguir las de origen noble y las plebeyas. Todas llevan el pelo cubierto con pañuelo. Durante el trayecto irán danzando al ritmo de la música de una dulzaina y un tamboril y harán sonar las pequeñas castañuelas que llevan en sus dedos.
A continuación diversos grupos de mujeres vestidas con trajes medievales que dan colorido al desfile, y por último, la Corporación Municipal, precedida por los Maceros con sus casullas rojas, y escoltados por miembros de la Policía Local con uniforme de gala. Cierra el cortejo la Banda Municipal de música.
La comitiva sube por la calle Ancha hasta llegar a la plaza de la Regla y tras ser recibida por miembros del Cabildo en el atrio de la Catedral frente a la imagen de la Virgen Blanca que se encuentra en el parteluz de la portada del juicio, se dirigen todos al claustro del templo, donde ya esperan muchos vecinos y turistas. Las jóvenes doncellas recorren, danzando, tres alas del claustro, bajo la bella cubierta realizada en el siglo XVI por Juan de Badajoz el Mozo, hasta situarse en el patio claustral entre la Corporación Municipal y el Cabildo. Junto a ellos, el resto de autoridades civiles y militares y los representantes de los Ayuntamientos del Voto (Valdefresno, Villaturiel y Valverde de la Virgen).
Comienza el acto con la presentación de las ofrendas, la Sotadera colocará el ramo de flores que ha llevado durante todo el recorrido ante el altar de la Virgen del Foro u Oferta y se liberará del velo que cubre su cara, y las doncellas irán depositando las ofrendas, consistentes en hogazas de pan, uvas, avellanas, etc. Tras la ofrenda las doncellas interpretarán una cantiga de Alfonso X el Sabio y bailarán ante la atenta mirada de todos los asistentes.
Concluida la actuación de las jóvenes se inicia un divertido parlamento cargado de ironía y buen humor entre un representante del Ayuntamiento y otro del Cabildo sobre si se trata de una ofrenda que hace libremente el pueblo de León, como mantiene el síndico municipal o, por el contrario, si se trata de una obligación que adquirió la ciudad con la Virgen por su intercesión en la victoria de Clavijo. No faltarán las referencias al tributo, a la batalla, a Mauregato, a Ramiro y también a los hechos y circunstancias que han marcado la vida de la ciudad durante los últimos 365 días.
Comienza el acto con la presentación de las ofrendas, la Sotadera colocará el ramo de flores que ha llevado durante todo el recorrido ante el altar de la Virgen del Foro u Oferta y se liberará del velo que cubre su cara, y las doncellas irán depositando las ofrendas, consistentes en hogazas de pan, uvas, avellanas, etc. Tras la ofrenda las doncellas interpretarán una cantiga de Alfonso X el Sabio y bailarán ante la atenta mirada de todos los asistentes.
Concluida la actuación de las jóvenes se inicia un divertido parlamento cargado de ironía y buen humor entre un representante del Ayuntamiento y otro del Cabildo sobre si se trata de una ofrenda que hace libremente el pueblo de León, como mantiene el síndico municipal o, por el contrario, si se trata de una obligación que adquirió la ciudad con la Virgen por su intercesión en la victoria de Clavijo. No faltarán las referencias al tributo, a la batalla, a Mauregato, a Ramiro y también a los hechos y circunstancias que han marcado la vida de la ciudad durante los últimos 365 días.
Finalizada la misa, que tiene lugar tras la ceremonia de Las Cantaderas, se vuelve a formar la comitiva a la que se unirá los carros engalanados, a los que ya nos hemos referido en otra entrada.
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